jueves, 23 de febrero de 2012
Capitulo 4:Monstruos más pequeños que yo
-¿Por qué vienes a Medianoche? A mí me toca pringar por mis padres, pero seguramente tú podrías ir a cualquier otro sitio. A uno mejor. Como...-me miró, y al ver mi expresión, giró la cabeza.-no sé, cualquiera.
No supe que responder. Yo iba abriéndole paso para que las ramas no le dieran en la cara, y sus ojos cada vez me inquirían más que contestara.
-Es una historia muy larga.-dije para quitarme la presión de encima.
-No tengo prisa por volver.-insistió.-Además, aún quedan cuatro horas hasta la presentación.
Incliné la cabeza sin dejar de mirarla a los ojos. Ella miró los mios como encantada.
-Es que también es una especie de secreto.-dije para disuadirla.
-Sé guardar secretos. Es decir, tú vas a mantener en secreto este asunto por mí, ¿no?-me miró con sus ojos marrones suplicantes.-Me refiero a lo de salir corriendo y morirme de miedo...
-No se lo contaré a nadie.-Ella tenia razón, seria secreto por secreto. Pero por supuesto que no podía contar toda la verdad, así que vacilé unos segundos y empecé a contarle.-Hace unos ciento cincuenta años un antepasado mío intentó entrar en el internado. Podría decirse que suspendió.-mi risa rebotó contra cada uno de los arboles del bosque.-Por eso depende de mí "limpiar el honor de la familia".
-No es justo.-frunció el ceño-No deberías tener que tomar todas tus decisiones en función de lo que él hiciera o dejara de hacer.
-No todas, me dejan elegir los calcetines.-dije subiéndome el pantalón y dejando ver mi calcetín de rombos. Ella solo sonrió.
-¿Por qué suspendieron a tu retatara lo que sea?
-Se batió en duelo la primera semana.-dije sacudiendo la cabeza tristemente.
-¿Un duelo? Venga, ¿alguien insultó su honor?-dijo riendo.-¿O fue por una chica?
-Pues tendría que haber aprovechado muy bien el tiempo para conocer a una chica en los primeros días de escuela.-dije negando con la cabeza.
Pero era el primer día y yo ya estaba hablando con una. Me paré y sonreí irónicamente. Pero no, mi antepasado no se batió en ese duelo por una chica. Miré a Medianoche y seguí hablando.
-Pudo haber sido por cualquier cosa. Entonces se batían en duelo a la mínima de cambio. Según la leyenda familiar, empezó el otro tipo, aunque la verdad es que da igual. Lo que importa es que sobrevivió,-es el mayor reto de todos los humanos de este colegio.-pero no sin antes romper una de las vidrieras del vestíbulo.
-Ah, claro, hay una con cristales transparentes y no sabía por qué.
-Ahora ya lo sabes. Desde entonces, Medianoche le cerró las puertas a mi familia.-dije con rabia.
-Hasta ahora.
-Hasta ahora.-la miré y sonreí.-Y no me importa. Creo que aquí aprenderé muchas cosas, pero eso no significa que me tenga que gustar lo que veo.
-Pues yo no estoy muy segura de que me guste nada.-dijo nerviosamente.
Me giré y la miré. Sonreí por lo que había dicho. Me miró sonrojada. Yo si que savia de algo que me gustaba, cosa que me empezaba a asustar. Debía centrarme y dejar de pensar en sus grandes ojos y sus tiernas pequitas.
-Me gustan las gárgolas, la montaña y el aire puro. Eso es todo.-dije encogiédome de hombros.
-¿Te gustan las gárgolas?-dijo con escalofríos.
-Me gusta que los monstruos sean más pequeños que yo.
-No me lo había planteado nunca de ese modo.
Salimos del bosque y llegamos a la linde de los prados. La escuela se veía igual de tenebrosa a pesar de que el sol lucia brillante en el cielo.
-Le tengo pavor.-dijo sin apartar la mirada de Medianoche.
-Todavía no es demasiado tarde para salir corriendo, Bianca.-dije con la mayor tranquilidad posible para no asustarla.
-No quiero salir corriendo, pero tampoco quiero estar rodeada de extraños. Cuando estoy con gente que no conozco soy incapaz de hablar,-ella hablaba con la mirada perdida, y contra más decía más ancha era mi sonrisa.-de actuar con normalidad o ser yo misma... ¿Por qué sonríes?
-Pues a mí me parece que no has tenido muchos problemas para hablar conmigo.
Ella, entre confundida y sorprendida parpadeó varias veces.
-Contigo... Supongo que... Creo que me asustaste tanto que se me pasó el miedo de golpe.
-Eh, pues si funciona.-le sonreí tiernamente.
-Si.-me devolvió una deslumbrante sonrisa. Nos quedamos mirando unos segundos. Unos dulces mechones rojos se le habían escapado del moño y ahora reposaban en sus pecadas mejillas. Estas se empezaron a colorear de rojo y poco a poco aparto sus marrones ojos de los mios verdes.-Debo volver antes de que mis padres se den cuenta de que no estoy.
-No dejes que te sermoneen.
-No lo harán.-dijo del todo convencida.
No muy seguro asentí y empecé a alejarme sin dejar de mirarla. En el mismo momento en que me sumergí en la protectora oscuridad del bosque ella entró en un cerco de luz.
-Nos vemos por aquí.-le dije antes de desaparecer en el bosque sin dejar que ella me dijera nada más.
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Hey:) Siento muchísimo que haya tardado tanto en escribir, haré lo posible para adelantar la novela. Espero que os haya gustado el capítulo.
Por cierto, me he echo Twitter, por favor quien tenga que me siga, yo siempre sigo de vuelta, (excepto a las cosas raras, y de publicidad eso) gracias, os lo dejo aqui debajo;)
@sighsoflove
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Me encanta! en serio, me has dejado con las ganas( y encima yo ya sé el final é.é) pero nen es como si me la volviera a leer*-* SIGUELAA!
ResponderEliminarseguilaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarsiiiii va muy buenaaa sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeee
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